Raro es el mes en que no aparezca al menos una investigación que arroje nuevas pruebas, siempre positivas, de lo que el AOVE puede hacer por nosotros.

En este mismo blog ya hemos publicado varias noticias que dan cuenta de ello, y que puedes conocer leyendo estos posts:

[¿Puede el aceite de oliva prevenir el Alzheimer?]

[El aceite de oliva podría ayudar a desarrollar una terapia contra el cáncer de mama]

[Científicos españoles crean un aceite de oliva que ayuda a prevenir un tipo de diabetes]

En esta ocasión, ha sido la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, la que ha dado otra vuelta de tuerca al asunto de las propiedades saludables del oro líquido.

Según el doctor Doug Mashek, de la Facultad de Medicina de esta institución académica, nuestro alimento más emblemático podría contener por sí mismo propiedades que tienen que ver con una mayor longevidad, atenuando o disminuyendo sensiblemente el riesgo de padecer enfermedades asociadas a la edad, como la diabetes o diversas patologías cardiovasculares.

Pero, eso sí, siempre y cuando nosotros pongamos un poquito de nuestra parte, realizando actividad física y una dieta saludable en la que, naturalmente, no falte el aceite de oliva, a ser posible el virgen extra.

La clave estaría en sus grasas saludables. Según parece haberse descubierto en este estudio, nuestro organismo las almacena en estructuras microscópicas llamadas gotas de lípidos, y se quedarían ahí hasta que verdaderamente las necesitemos, o sea, cuando realizamos ejercicio físico o cuando estamos ayunando.

Esto quiere decir que no se trataría de grasas que se acumulan y nos hacen subir de peso, sino que serían una fuente de energía y nutrientes que estarían disponibles para ser liberados durante la actividad física o cuando no hemos comido y el cuerpo necesita tirar de su despensa.

Así, las grasas saludables que contiene el AOVE se irían guardando dentro de las células en esas llamadas gotas de lípidos que hemos mencionado, en vez de alojarse en nuestro vientre, caderas o glúteos, y se convertirían en un saludable remanente de energía que, llegado el momento, estará listo para ser usado como combustible y aporte de nutrientes cuando practiquemos deporte.

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