La Universidad de Jaén ha determinado que el tirosol, uno de los compuestos fenólicos del aceite de oliva, es capaz de influir positivamente en la prevención de enfermedades neurodegenerativas tales como el párkinson.

El grupo de investigación “Estrés celular y edad”, perteneciente a dicha universidad y responsable de esta investigación, ya había llevado a cabo otros estudios anteriormente, en los cuales se ha venido corroborando que este compuesto aumenta la longevidad en modelos animales. Y con esta investigación más reciente lo que se ha demostrado es que el tirosol provoca un descenso en los niveles de estrés que sufren las neuronas debido a la oxidación propia de la edad, y, por tanto, también se reduce la posibilidad de parálisis muscular provocada por la degeneración de dichas células.

Asimismo, al producirse una menor degeneración de las neuronas, los principales efectos patógenos del párkinson se retrasan y se reducen ostensiblemente.

El párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más padecida por la población. Sus síntomas más característicos son movimientos involuntarios, temblores, rigidez muscular y dificultades en el mantenimiento del equilibrio como consecuencia de la pérdida de neuronas dopaminérgicas.

El objetivo final de este estudio, que debería complementarse con otros muchos en el futuro realizados en animales más complejos y en seres humanos, es que se pueda lograr la consecución de complementos alimenticios que incluyan tirosol y que ayuden a la prevención de patologías del sistema nervioso.

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