Una nueva clase de aceite de oliva desarrollada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha demostrado su utilidad como alimento funcional en la prevención de la diabetes mellitus de tipo 2. Se trata de un aceite enriquecido con ácido oleanólico y que ya cuenta con una patente de titularidad compartida entre el CSIC y el Servicio Andaluz de Salud (SAS).
Su utilidad se ha demostrado mediante el Estudio PREDIABOLE, en el que han participado 176 pacientes prediabéticos de Sevilla, y cuyos resultados demostraron que el consumo del aceite de oliva enriquecido en ácido oleanólico puede reducir a la mitad el riesgo de desarrollar diabetes en individuos prediabéticos, es decir, aquellos con la glucemia basal alterada y tolerancia alterada a la glucosa. La investigación se ha publicado en la revista Diabetes, Obesity and Metabolism.
Este nuevo alimento funcional contiene concentraciones terapéuticas de ácido oleanólico natural, obtenido con muy alta pureza a partir de la hoja de olivo y de la cutícula de la aceituna, un elemento que de forma natural pasa sólo en una pequeña fracción al aceite de oliva durante su elaboración. Con este avance se abren las puertas a dietas personalizadas para combatir enfermedades crónicas degenerativas asociadas a la obesidad y al envejecimiento, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, y ciertos tipos de cáncer.
El estudio PREDIABOLE se ha desarrollado, entre los años 2010 y 2018, por el CSIC y en estrecha coordinación con el Distrito Sanitario de Atención Primaria de Sevilla. En el ensayo han participado 176 individuos prediabéticos de 25 centros de salud del SAS de la capital andaluza. Durante 30 meses, los pacientes ingirieron diariamente 55 mililitros del aceite de oliva funcional enriquecido en ácido oleanólico. El resultado fue una reducción de un 55 % del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 respecto al consumo del mismo aceite de oliva comercial sin enriquecer.
Los voluntarios participantes en el ensayo han mostrado una menor incidencia de eventos cardiovasculares, renales y hepáticos durante el periodo comprendido desde el reclutamiento hasta dos años después de finalizar su participación en el ensayo.