Por mucho que pasen los años, nunca dejan de aparecer nuevos hallazgos sobre los beneficios que aporta el aceite de oliva a nuestro organismo.

Son ya bien conocidas sus propiedades antioxidantes y preventivas de las enfermedades cardiovasculares, las cuales, por cierto, puedes descubrir en este artículo de nuestro blog si aún no las conoces.

Igualmente, el AOVE no es sólo un alimento altamente nutritivo y con enormes beneficios, sino que también se puede usar para curar y reparar la piel, e incluso para aliviar las quemaduras. Averígualo en este otro post que publicamos sobre el tema.

Ahora, los científicos están estudiando su potencial como sustancia posibilitadora de la erradicación de un agresivo y peligroso tipo de cáncer de mama, el conocido como HER2 positivo.

Según publica La Vanguardia, el doctor Javier Menéndez está actualmente investigando cómo los fenoles (las moléculas responsables de que el aceite de oliva tenga ese peculiar sabor amargo que lo caracteriza) son capaces de interactuar con las células cancerígenas y modificar su evolución, hasta el punto de lograr que no desarrollen el tumor para el que a priori estaban programadas.

Hasta ahora, esto se ha conseguido sólo en ratones, y la investigación está en sus primeras fases experimentales, por lo que, en caso de materializarse en algo más concreto, tardaría aún muchos años en pasar de un experimento de laboratorio a materializarse como una terapia concreta a disposición de las pacientes.

Ocurre, sin embargo, que el AOVE sólo contiene entre un 0,5% y un 1% de fenoles, una cantidad insuficiente para las necesidades de una hipotética terapia, por lo que uno de los retos pendientes es lograr crear este tipo de moléculas de manera artificial y en cantidades lo suficientemente grandes. Dicho de otro modo: no basta sólo con consumir aceite de oliva en nuestra dieta para hacer frente al cáncer, sino que se necesitaría aportar al organismo muchísimos más fenoles de los que ingerimos, y esto sólo se lograría mediante la intervención científica.

Además, las moléculas que se creen tienen que ser más estables y biodisponibles que las naturales.

El trabajo del doctor Menéndez, que se encuadra dentro del Grupo de Metabolismo y Cáncer del Programa proCURE del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI), ha sido ya publicado en las revistas BMG Cancer e International Journal of Oncology. Asimismo, fue explicado por el propio científico durante el ciclo La ciencia de la dieta mediterránea, organizado a finales del pasado marzo por CosmoCaixa para divulgar los últimos avances y descubrimientos relativos al llamado oro líquido.

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