¿Has ido ya por fin a la playa o la piscina? Parecía que este año no iba a llegar nunca el sol, ¿verdad? 😉

Entendemos tu impaciencia, pero tómatelo con calma. Cada año, llegadas estas fechas, escuchas siempre el mismo mensaje en la tele, la radio, los periódicos o en los portales de Internet responsables: protégete de los efectos nocivos del sol sobre tu piel.

Pero por mucho que te lo digamos, nunca es suficiente, porque el sol puede ser muy perjudicial si nos exponemos durante un tiempo prolongado, y más cuando lo hacemos sin protección.

Sin embargo, ¿qué pasa si a pesar de todo nos hemos relajado, y al final de un estupendo día junto al mar nos encontramos con la poco agradable sorpresa de una piel roja, que pica y escuece, y que nos molesta hasta el roce de la ropa? Seguro que te ha pasado esto más de una vez, y sabrás por experiencia lo molesto y doloroso que es.

Te vamos a dar algunos consejos sobre cómo usar aceite de oliva virgen para paliar en la medida de lo posible los efectos de las quemaduras de este tipo.

[¿Quieres saber más sobre cómo proteger e incluso embellecer tu piel usando aceite de oliva? Lee nuestro artículo dedicado al tema en este enlace.]

Vamos por partes.

¿Qué es lo primero que debemos hacer?

Prevenir. Lo primero es prevenir. Evita por todos los medios llegar a la situación que hemos descrito más arriba. Recuerda que los rayos ultravioletas pueden propiciar la aparición de cáncer de piel, así que toma el sol de manera responsable, evitando las horas de mayor riesgo y usa protección de factor alto.

Pero si ya es tarde y tu piel se ha puesto roja por las quemaduras, prueba a seguir estos pasos.

Ten a mano:

  • Aceite de oliva.
  • Huevo batido.
  • Un poco de miel.

Lo mezclas todo, y lo aplicas sobre la zona de la piel que te hayas quemado. Puedes emplearlo tanto para quemaduras solares (que salvo excepciones suelen ser leves (aunque piquen y escuezan mucho), como para las de tipo más grave, naturalmente siempre y cuando el sentido común no nos diga que el problema tiene tan mala pinta que sería mejor que nos viera un médico.

También puedes mezclar simplemente un poco de aceite de oliva e infusión de manzanilla. Póntelo como mínimo tres veces al día sobre la zona afectada.

Una vez que te hayas curado, puedes seguir cuidando la zona mediante el uso de aceite de oliva, ya sin añadir nada más, con el fin de hidratar y regenerar más rápidamente los tejidos dañados.

Si quieres prevenir la aparición de ampollas, mezcla media cucharada de sal marina con una cucharada de aceite de oliva, y aplícalo sobre la quemadura. Te va a escocer, ya te avisamos, pero te ayudará a que no aparezcan las molestas secuelas de las que hablamos. Cubre la zona con una gasa de algodón y esparadrapo cuando termines.

La razón por la que el AOVE ayuda a curar las quemaduras cutáneas es, como ya te hemos contado muchas veces en este blog, porque contiene una alta proporción de ácido oleico, polifenoles y vitamina E, todos ellos antioxidantes naturales, cuya función es retrasar el envejecimiento de nuestro organismo y prevenir que se deteriore por el efecto de los factores ambientales a los que estamos expuestos a diario.

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