Continuamos con nuestra serie de artículos sobre las diferentes variedades de aceitunas que cultivamos en Aceites Adriana.

En este en particular hablaremos de la hojiblanca.

[Antes de seguir leyendo, quizá quieras echar un vistazo a nuestro post sobre la aceituna picual y sus excelentes propiedades culinarias y para la salud. Puedes verlo aquí]

Y como nos gusta ir a lo práctico, empezaremos contándote lo que tiene de bueno para ti el aceite que se extrae de ella.

Beneficios y cualidades

Resulta que la hojiblanca es una de las variedades más saludables. Casi todos sus ácidos grasos –prácticamente el 70%- son oleicos. ¿Y por qué es esto importante? Pues por la sencilla pero contundente razón de que los ácidos oleicos son los que dan al aceite de oliva su merecida fama de ayudar a prevenir el llamado colesterol malo, impidiendo que los vasos sanguíneos se obstruyan con la grasa de los alimentos que comemos a diario. Además, el intestino lo absorbe muy bien, y con frecuencia los médicos recomiendan su inclusión en las dietas de pacientes que necesitan perder peso por razones de salud.

Por este y otros motivos que leerás a continuación, este aceite es muy prestigioso y ampliamente usado.

Por ejemplo, debes saber que es sumamente versátil en la cocina y que cunde mucho, ya que al usarlo para freír se expande su volumen.

Muy apto para cremas y pescados, se emplea también en la fabricación de pan, pasteles y pastas, pues aporta una consistencia especial a las masas muy apreciada entre los reposteros.

A la vista, lo reconocerás por su color verde con reflejos dorados. Y al gusto, porque es uno de los aceites con más matices en su sabor. Dulce y afrutado, picante en la garganta y con un regusto almendrado, presenta toda una gama de sensaciones en el paladar que sólo se pueden disfrutar, no describir. Asimismo, su amargor también es difícil de delimitar, aunque se diría que está en un punto medio.

El de hojiblanca es un aceite resistente a la oxidación, pero no tanto como otras variedades –como la picual, por ejemplo-, así que es recomendable protegerlo de la luz y del aire libre cuando lo vayamos a almacenar por largo tiempo. Sin embargo, soporta las altas temperaturas –si bien se aconseja no usarlo a más de 180 grados ni freír más de cuatro veces con el mismo aceite-, así que lo podemos utilizar para la fritura y en conservas de alimentos crudos. También es muy apropiado como aliño de ensaladas y aderezo de platos más elaborados.

Algunos datos para acabar

La oliva hojiblanca, que se emplea también como aceituna de mesa debido a la firmeza de su textura, es la tercera variedad más cultivada en España. Su superficie ocupa unas 200.000 hectáreas. Y en la zona central de Andalucía, donde más se siembra, supone el 16% de la producción total del olivar.

Es un fruto redondeado que madura en época tardía, resistente tanto a las sequías como al frío invernal. Su olivo es fuerte, capaz de crecer incluso en tierras calizas, y a la aceituna que produce se la llama hojiblanca por la tonalidad clara del envés de las hojas del árbol, aunque también recibe el nombre de lucentina, ya que se la asocia al pueblo cordobés de Lucena.

[¿Quieres conocernos un poco mejor? Lee aquí todo lo que necesitas saber acerca de Aceites Adriana]

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