Aunque se hace cada vez menos, todavía hay quien tiene el hábito de reutilizar varias veces el aceite de freír. Si tú eres de los que aún lo hace, no deberías.
Y es que son varios los perjuicios que esta práctica puede ocasionarte. Si quieres conocerlos, te los contamos en este post.
Una costumbre antigua
Ha sido durante décadas uno de los hábitos más repetidos en las cocinas españolas, y de paso una de las prácticas sobre cuyos riesgos menos se ha reflexionado: emplear una y otra vez el mismo aceite, a veces hasta que adquiera un tono negruzco y quemado, producto de la oxidación.
Las épocas de carestía posteriores a la Guerra Civil y el alto precio que, por lo general, ha tenido siempre el aceite, y más aún el de oliva, ha propiciado que las amas de casa pusieran en práctica durante décadas este método para ahorrar.
Por otra parte, aún permanece entre muchos de nosotros la percepción de que el aceite no es un alimento, sino una herramienta más para cocinar. Es como si tuviéramos la abstracta idea de que no lo vamos a ingerir con la comida, sino que se queda ahí tras haber sido usado, en la sartén, sin pasar a nuestro organismo, una vez que nos ha servido para la utilidad que le queríamos dar.
Pero esto, naturalmente, no es así. El aceite también forma parte de los alimentos que tomamos. Por lo que, si lo degradamos, lo estaremos absorbiendo en nuestro cuerpo en esas condiciones perjudiciales para la salud.
Riesgos
Son tres razones, fundamentalmente, las que queremos darte para que destierres esta práctica.
En primer lugar, en el aceite requemado se producen radicales libres. Estos son el resultado de la ruptura de los ácidos grasos al exponerse una y otra vez a altas temperaturas. Los radicales libres son tóxicos ya que propician una oxidación acelerada de nuestras cédulas, contribuyendo al hipotético desarrollo de cáncer, trastornos cardíacos y problemas en nuestro sistema de defensas.
Además, el propio aceite, al penetrar en el alimento, lo hará más graso y le introducirá los elementos tóxicos de los que hemos hablado en el párrafo de arriba. Cuanto más reutilicemos el aceite, más compuestos tóxicos haremos que genere, y por tanto más posibilidades tendremos de acabar ingiriéndolos. Por lo que estaremos comiendo algo contaminado. Así de simple.
Finalmente, la fritura va a ser de peor calidad si la preparamos con un aceite reutilizado, ya que el alimento se deshidratará, cuando precisamente una de las funciones del aceite a la hora de freír es que la comida no pierda el agua que contiene. Así que, como resultado, tendremos comidas con peor sabor y textura más desagradable.
Por tanto, te animamos a pensártelo dos veces antes de seguir con esta enraizada tradición que, como ves, no tiene por qué ser buena por el simple hecho de que se venga practicando de toda la vida.