Aunque no lo parezca, hace más de una semana que ha llegado la primavera.

Pese a que este año la lluvia, el frío, e incluso el granizo y la nieve son los que mandan todavía a finales de marzo, no nos engañemos: quien más y quien menos ya está pensando en el calorcillo que vendrá, las vacaciones, e incluso la clásica operación bikini.

Con el buen tiempo cambian nuestros hábitos. Nos apetece comer un poco más ligero, buscamos alimentos que nos refresquen y sentimos una mayor necesidad de ingerir agua. Además, experimentamos una más alta sensibilidad a los sabores, olores y hasta al color y la textura de lo que comemos. La primavera hace que vuelvan a desplegarse los sentidos, que estaban un poco adormecidos durant el invierno.

Frutas y verduras están entre los alimentos predilectos de los meses que ahora llegan.

Si eres de esas personas a las que les gusta comer fruta de temporada, sigue leyendo. Te contamos a continuación cuáles son las propias de estas fechas. Te vamos a hablar de las cualidades nutricionales de las fresas, los nísperos, las cerezas, los arándanos y los albaricoques.

Fresa

¿Siempre te han dicho que las naranjas tienen una gran cantidad de vitamina C? Pues es cierto, pero lo que quizás no sepas es que hay una fruta que la supera. La fresa -pese a lo que diga la cultura popular- nos aporta una mayor proporción de este nutriente que cualquiera de los cítricos que conoces.

Tanto es así, que 100 gramos de esta fruta satisfacen las necesidades diarias de vitamina C que tiene un adulto.

Además, ayudan a combatir los radicales libres, una toxina que nuestro propio cuerpo va produciendo por el proceso natural del envejecimiento, y que incide en el desarrollo de células potencialmente cancerígenas y en la formación del llamado colesterol malo.

Buenas también para la prevención de la anemia ferropénica por su capacidad para facilitar la absorción del hierro que recibimos de otros alimentos, las fresas son igualmente adecuadas para las personas que padecen hipertensión arterial o problemas cardiovasculares, pues poseen un alto contenido en potasio y una baja cantidad de sodio.

Y, por si fuera poco, esta pequeña fruta tan sabrosa facilita el tránsito intestinal y la eliminación de toxinas, gracias a la fibra que nos aporta.

Níspero

Su propiedad más destacada es que contiene pepcina, un tipo de fibra soluble que ayuda a ralentizar el proceso de vaciamiento gástrico durante la digestión, provocando una sensación de saciedad saludable y adecuada para personas que estén haciendo una dieta de adelgazamiento. Esta misma sustancia también equilibra el pH o acidez de los alimentos que llegan a nuestro cuerpo, así que es ideal para quienes padecen problemas gastrointestinales.

El tanino, otro de sus nutrientes más característicos, posee propiedades antiinflamatorias y de absorción del agua de los alimentos, por lo que es muy eficaz para el tratamiento de la diarrea.

Los diversos ácidos saludables que contiene su pulpa, por otra parte, gozan de propiedades tonificantes, y ayudan a regular los niveles de colesterol y azúcar en sangre.

Finalmente, los nísperos suelen contener un alto nivel de beta-carotenos, un antioxidante que reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, degenerativas y algunos tipos de cáncer.

Cereza

La fruta favorita de los niños por excelencia contiene, fundamentalmente, dos nutrientes con propiedades antioxidantes y antisépticas –prevención de infecciones-, que ayudan también a combatir la acción perjudicial de los radicales libres, de los que te acabamos de hablar en el caso de las fresas. Estos son los antocianos y el ácido elágico.

Es, además, una fruta con efecto diurético, pues contiene mucha agua y, sobre todo, potasio, por lo que se recomienda en las dietas de personas que sufren de hipertensión arterial.

Finalmente, no queremos acabar sin mencionar que la alta cantidad de fibra que tienen las cerezas la hacen ser un excelente laxante natural.

Arándano

Las frutas del bosque, y especialmente los arándanos, poseen, como sus parientes las cerezas, antocianos y beta-carotenos de propiedades antioxidantes y antisépticas.

La presencia de vitamina C entre sus nutrientes, otro potente antioxidante, refuerza las cualidades propias de esta fruta, a las que se suma el refuerzo de nuestro sistema inmunológico -como en el caso de las cerezas- y de la capacidad de absorción del hierro aportado por otros alimentos.

La fibra, que ayuda a aliviar el estreñimiento, es otro de los componentes más característicos de los arándanos, que además son ricos en taninos y ácido quínico, el cual previene la formación de determinados cálculos renales.

Albaricoque

Es una de las frutas más dulces que puedes probar en esta época, y, como además aparece ya al final de la primavera, con frecuencia se asocia al verano y a nuestro deseo de frutas frescas y olorosas durante los meses de más calor.

Su color anaranjado proviene de la alta presencia de provitamina A y beta-caroteno. Es por tanto estupendo para la piel, y contiene asimismo una saludable propiedad diurética otorgada por su riqueza en potasio

Hierro, cobre y cobalto son otros de sus puntos fuertes. Estos minerales son esenciales para la formación de los glóbulos rojos de nuestra sangre.

Para acabar, has de saber que los albaricoques nos aportan una buena dosis de taninos, que funcionan como un antiinflamatorio natural.

Pin It on Pinterest

Share This